El miedo a que nos vuelvan a hacer daño, a nivel emocional y sentimental, provoca que, inconscientemente, nos enganchemos a un ex. Y, de esta manera, es muy difícil soltarlo.

 ¿Por qué? Porque como ya nos es familiar, nos sentimos a salvo. Sin embargo, nos impide conocer a alguien nuevo, porque nuestra energía emocional está totalmente ligada con él o ella. Con nuestro ex. Con alguien de nuestro pasado. Por eso se llama expareja. Porque es de antes.

Obviamente, esta “enganche” que mantenemos es como una “trampilla”, es cómo nos saboteamos para no abrirnos y conectar con alguien nuevo.